Las preguntas prohibidas que los sanjuaninos le hacen al tarot
El tarot ya no es tabú en San Juan. Hoy, cientos de personas consultan a las cartas para resolver dudas sobre amor, trabajo y hasta brujerías. Dos tarotistas revelan qué busca la gente y cómo cambió la mirada en la provincia.
En San Juan, el tarot dejó de ser un tabú para convertirse en una práctica cada vez más aceptada y buscada. Lo que antes se hacía a escondidas, en la casa de “la bruja del barrio”, hoy se vive con naturalidad: en cafés, ferias, eventos y hasta en tiradas online.
Así lo confirman Marian Correa y Meli (más conocida como nomada tarot) , dos tarotistas sanjuaninas que experimentaron de primera mano el cambio cultural. Marian recuerda:
“Desde el 2019 que tengo mi mazo, pero fue en la pandemia cuando más me metí. La gente de San Juan siempre estuvo en contacto con las cartas, aunque antes había mucho desconocimiento y miedo. Hoy está mucho más naturalizado.”
El tarot, para ellas, no es simplemente adivinación. “Yo lo trabajo como algo terapéutico, sobre emociones, conductas, sentimientos. El tarot no te dice nada que vos no sepas, es una herramienta de guía”, explica Marian. Por otro lado, Meli agregó:“Creo que en San Juan el tarot se abrió mucho más. Hay que naturalizar. No darle connotación negativa. Nos aclara dudas y hace crecer como persona”.
¿Qué preguntan los sanjuaninos?
Las dos coinciden en las preguntas que mostraremos a continuación. Las consultas más comunes giran en torno al amor y el trabajo. Las clásicas preguntas son:
- ¿Me quiere o no me quiere?
- ¿Qué va a pasar con mi pareja?
- ¿Voy a conseguir trabajo?
- ¿Hay alguien que me tiene envidia?
“Lo que más me consultan son cuestiones vinculares, infidelidades, problemas de pareja y últimamente si les hicieron un trabajo o un gualicho”, cuenta Meli. Sin embargo, aclara: “No siempre que te va mal es porque alguien te tiró mala onda. Yo no recomiendo preguntar esas cosas”.
De lo oculto a lo público
Hace algunos años, leer el tarot en San Juan podía generar miradas raras o comentarios despectivos. Meli lo vivió:
“Cuando empecé más públicamente, recibí miradas feas. Incluso en un café me pidieron que me retirara porque decían que eran cosas del diablo. Hoy eso ya no pasa, la gente se acerca con curiosidad y entusiasmo.”
Esa apertura se nota también en la cantidad de tarotistas y talleres que hay actualmente en la provincia. “No es algo nuevo, pero se naturalizó mucho más. Ya no tiene una connotación negativa: nos ayuda a aclarar dudas y a crecer como personas”, asegura Meli.
En resumen, el tarot en San Juan dejó de ser un secreto y se transformó en una práctica para reflexionar, conocerse y, por qué no, encontrar respuestas a esas preguntas que todos nos hacemos alguna vez.
