La hacedora de viviendas
Por: Andrea Moyano
Hoy, en el Día del Arquitecto, celebramos a quienes no solo diseñan edificios, sino que también transforman espacios en oportunidades para la vida. En este contexto, la historia de Elina Peralta, arquitecta y directora del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) en San Juan, nos invita a reflexionar sobre el impacto social que puede tener la arquitectura cuando se gestiona con sensibilidad y compromiso.
El desafío de construir más que casas
La arquitectura no es solo técnica: implica entender las necesidades de quienes habitarán los espacios diseñados. En su rol como directora del IPV, Peralta ha liderado la construcción de más de dos mil viviendas en la provincia, pero siempre enfatizando que no se trata únicamente de entregar un techo. Es armar hogares.

En un sector donde los plazos, presupuestos y licitaciones suelen ser el centro de las conversaciones, Peralta ha insistido en priorizar el bienestar de las familias. Este equilibrio entre lo humano y lo técnico es un ejemplo del impacto que pueden tener las arquitectas en la vida de las comunidades.
El rol de la arquitecta en la gestión pública
El trabajo de Peralta refleja una visión integral de la arquitectura. No se limita a la planificación de viviendas, sino que busca generar barrios funcionales y sostenibles que promuevan la calidad de vida. Su liderazgo se destaca por integrar criterios sociales, ambientales y técnicos, demostrando que la arquitectura puede y debe ser una herramienta de transformación social.

“Diseñar espacios habitables no es suficiente si no se considera el impacto que tendrán en las vidas de las personas. Cada decisión, desde el diseño hasta la ejecución, debe responder a una necesidad real”, explica Peralta.
Un día para reflexionar y reconocer
En este Día del Arquitecto, es importante destacar que el rol de Elina va mucho más allá de los planos. La arquitectura tiene el poder de cambiar realidades y de construir futuros más inclusivos y equitativos. Desde quienes trabajan en grandes proyectos hasta aquellas que lideran gestiones públicas, todas comparten el desafío de convertir sus ideas en espacios que cobijen, protejan y transformen vidas.
Elina Peralta representa una de tantas historias de compromiso, pero detrás de cada arquitecta hay un esfuerzo constante por equilibrar lo técnico con lo humano. Hoy es un buen momento para reconocer su labor y valorar el impacto de su trabajo en nuestras comunidades.

